Me he tardado en escribir porque quería estar segura de elegir las palabras correctas. A través del ciclo escolar pasado y del presente, todos hemos atravesado por diferentes circunstancias, buenas, malas... Es imposible ser maestra y no tomar en cuenta que cada estudiante tiene una familia y diferentes historias que contar.
De verdad, nunca suelo recurrir a la biblia para escribir el blog, por el temor de entrar en controversia, pero no encontré mejores palabras que expresaran lo que pienso y lo que siento. Estas líneas son del Eclesiastés 3 1-8.
Señor Edgar: Le mandamos un saludo muy caluroso esperando que usted se arme de paciencia para recuperarse como debe de ser y cuando su cuerpo lo determine. Nunca se desanime pues aunque exista el dolor, la incomodidad, la incertidumbre de cuándo va a terminar su recuperación, tiene poderosas razones para vencer todo obstáculo que se le presente. Cuídese mucho.
Por otro lado, hace más o menos un año toda la familia de Paola Alejandra se llenó de dolor. Señora Alejandra: con todo respeto, me uno a usted y a su familia para honrar la memoria de su mamá. Espero que se encuentre mejor, y no permita que el duelo la desanime. Tiene vida a su lado y su mami sigue presente.
Todo tiene un tiempo.
Todo tiene un momento y toda cosa su tiempo bajo el cielo:
Tiempo de nacer y tiempo de morir,
tiempo de arrancar y tiempo de plantar,
tiempo de matar y tiempo de sanar,
tiempo de destruir y tiempo de construir,
tiempo de llorar y tiempo de reir,
tiempo de hacer duelo y tiempo de bailar,
tiempo de tirar piedras,
y tiempo de recogerlas,
tiempo de abrazarse y tiempo de separarse,
tiempo de buscar y tiempo de perder,
tiempo de guardar y tiempo de arrojar,
tiempo de romper y tiempo de coser,
tiempo de callar y tiempo de hablar,
tiempo de amar y tiempo de odiar,
tiempo de guerra y tiempo de paz.
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